Cuando perder algo te preocupa demasiado, ya lo has perdido. Porque tu preocupación impide que obtengas cualquier tipo de valor de aquello que tanto te preocupa perder.
Las cosas cambian y lo que hoy está aquí, muy bien podría haber desaparecido mañana. Puedes preocuparte y angustiarte por ello, o puedes aprovechar al máximo, con alegría y amor, todo lo que ahora mismo tienes.
La felicidad que sientas en plenitud, no la perderás. Nada ni nadie podrá quitarte el amor que vives y ofreces.
Si te involucras demasiado en las cosas fugaces y superficiales de la vida, te estarás preparando para una terrible desilusión cuando ellas ya no estén contigo. En cambio, aprende a atesorar aquellas cosas con real sustancia, con sentido, esas que el tiempo y las circunstancias no pueden borrar.
Acostúmbrate a vivir cada día a pleno y con verdadero sentido. Verás que te preocupas menos por lo que podrías perder, y te concentras más en lo que tienes para aprovechar.
Agradece todo lo que tienes, aprovechándolo al máximo. Y siempre tendrás muchas cosas por las cuales estar agradecido.


Gabriel Sandler